Olofin estaba muy preocupado porque en el mundo solo había guerras y más guerras. Él había enviado a algunos orishas para resolver este problema, pero todo seguía igual. Nadie podía controlar a los hombres, pero un día Oshún llegó a verlo y lo vio muy pensativo. Entonces preguntó qué sucedía y este le respondió que las guerras no se terminaban en la tierra ni aún con la presencia de los santos.
Entonces Yalorde respondió: «Si usted me permite mi padre, yo acabaré con esas guerras». Olofin aceptó y Oshún fue a la tierra. Cuando llegó, se quitó la ropa y con una bandera blanca, cruzó por delante de los dos bandos.
Cuando los hombres vieron aquella hermosa mujer, pactaron tregua y Oshún aprovechó la oportunidad y comenzó a hacer el amor primero con un grupo y después con el otro. De esta manera vino la reconciliación entre los dos bandos y se dio por concluida la guerra en la tierra.
Oshún, fatigada por el contacto con aquellos hombres, se echó en la hierba, a orillas de un río que había en la cercanía y Orula que había visto todo lo que la orisha había hecho, se le acercó y la enamoró. Ella accedió a su cortejo y se casaron como justo premio a lo que había sido capaz de hacer.
Aclaración: Por este camino, la persona que mira, si es mujer, ha tenido que vivir con varios hombres, que siempre le han pagado mal y la han engañado. Le prometen casarse con ella y después la dejan abandonada.
Este patakí nace en el oddún de Ifá iroso.